Poseemos la tecnología...

1) Si alguien me puede prestar 6 (seis) millones de dólares por favor que me mande los datos. Ahora con la inflación parece que con eso no alcanza, pero no necesito reconstruir dos piernas, un brazo y un ojo si no solamente la pierna izquierda de la rodilla para abajo que la tengo como la rana René.
No, no tuve un accidente como piloto de pruebas (mi otra profesión) si no que ayer quise hacer la transición de la cinta del gimnasio al asfalto de la vereda en mi preparación para la maratón de 8Kms de las que ya les he hablado en más de una oportunidad. Y no salió bien, nada bien; parecía (y se sentía) como si estuviera pegando con un palo de escoba viejo sobre el piso. Vieron que si uno pega con un palo sobre el cemento suena diferente si el palo es viejo y está bien seco por el sol de la siesta que si es nuevo. Por un momento me sentí un viejo pirata corriendo sobre un malecón, escorado, medio inclinado para adelante, me faltaba el loro aleteando en el hombro.
Un desastre, dolor, inflamación, pérdida prematura del metatarso, astillación interna de rodilla y escoraciones varias con pérdida de masa encefálica. Mi personal trainer me dijo que no estoy en condiciones... en ningunas condiciones.
Encima hoy me llegó un sobre con el número que tengo que prenderme en la camiseta de pinturerías El Escorial y un chip que tengo que sujetarme en la zapatilla. No tengo escapatoria, he de presentarme pero no creo que ni caminando la termine.

Repito entonces el llamado a la solidaridad, necesito por lo menos UN donador de SEIS millones de dólares o bien SEIS millones de donantes de UN dólar cada UNO, o SEIS donantes de UN millón cada UNO, lo que puedan, no sé, organicensén entre ustedes. La dirección se las mando por privado pero tengo una cuenta en la Cooperativa Las Delicias.

2) Si usted juega a la quiniela el número que me tocó es el 1788. Pero con la suerte que tengo le digo que no sale, no, no sale, para qué se va a molestar mire, le digo, no sale.

3) Hoy un irlandés me preguntó cómo se llaman los cuchillos de los gauchos. Le dije "facón". Me miró mal. Le repetí como cinco veces más "facón". Se puso medio colorado. Después por las dudas se lo deletreé porque me parece que entendió "fuck-on".
Estos gringos.