La rosa de Trulalá

1) Se me borró la tecla A del teclado, valga la redundancia, y se me están borrando las letras S y C. Además se me cayó licuado de banana debajo de la tecla de espacio que ahora anda cuando quiere, veo unos pelos que obviamente no pueden ser humanos, migas de maná, manchones de poxirán o moco, para qué hacerse el fino.
Todo es una buena excusa.


2) Hay un concurso en Irlanda que se llama La Rosa de Tralee. Es mucho más que un concurso de belleza, mucho más. Las chicas no cumplen con el standard de belleza al que un concurso del tipo Miss lo que sea nos tiene acostumbrado, aunque cada día están viniendo más buenas.
Estas muchachias cantan, recitan, bailan, narran, relatan, son atletas, profesionales, pasan entrevistas frente al público y no sólo son irlandesas, sino que concursan descendientes de irlandeses de todo el mundo. Hay representates de USA, de Australia, de Nueva Zelanda, etc.
La idea del concurso es premiar a la rosa que mejor represente el espíritu irlandés y puede entonces que no sea la más bonita si no la más simpática, la que mejor baila o canta o aquella que reuna todos estos atributos contemporaneamente.
El festival tiene un aire un tanto anacrónico, con gusto y refinamiento pueblerino, pero es nada más que el eco de tiempos más inocentes y sencillos cuando lo único que se buscaba era un chica que supiera bailar, cantar, que tuviera más o menos todos los dientes y que supiera llevar las vacas de un campo al otro con graciosa disciplina. Una chica de las de antes.

3) Por dió, que pare de llover.