No es un adiós si no un hasta luego.


Mientras se llevan el helecho de canje, la columna dórica, el planisferio de tergopol y lamparitas de navidad que hacen la escenografía de "Die Motonet Gorden", muerdo un lápiz y escribo en la computadora, arropado por las penumbras de un estudio que pronto se convertirá en el baño de una rotisería, un técnico se lleva puesta una pesada pieza de iluminación y me putea, me encojo de hombros, me muerdo el labio inferior y le digo "the struggle for life, my brother", "pero tomatelás" me contesta con gesto adusto, que ni él sabe lo que significa.
Y escribo mi último post desde tierras irlandesas por estos días, cuando abra los ojos tras el efecto del dardo adormecedor y me recupere de la deshidratación y el frío de la bodega del DC-3, estaré ya en suelo argentino rumbo a la invencible provincia de Santa Fé, cuya capital es la ciudad de Santa Fé de la Vera Cruz y mis dominios la populosa ciudad de Rosario (difícil ser ateo en un lugar como ese), con forma satelital a seno hinchado, puerto al mar a través de su vena marrón y sedimentaria que transporta las riquezas vegetales como semillas espermáticas en pos de la fertilización asistida del mundo, ese óvulo morado y atmosférico que flota y juega a la escondida con el sol, padre de todos los eclipses.
Vamos a ver como me trata el otoño, pero como no soy patriarca poco me preocupo.
Espero no encontrar el pago cambiado, osea del otro lado del río porque no tengo plata para la lancha y seríá interesante que no hayan abolido el sistema de calles en cuadrícula porque me habrán cambiado la parada de colectivo, ni el acento oficial de comerse la ese porque me van a pensar traidor.

Los abrazo en el fondo de mi corazón justiciero. Son sólo unas semanas nomás, por ahí escribo con un porrón en la mano y un sanguchito de miga en la otra.
Cuidenmé el rancho, que no se vuelva tapera pero no me barran sin regar el piso que se levanta polvareda y se me aviva el indio irlandés que siempre acecha atrás de un bosque de trébol.
Les dejo una fina selección auricular.






Sholoshameasher


Hablando con un compañero holandés me cuenta que su lengua madre no es el holandés si no el frisio, lengua germánica antigua emparentada con el inglés, muy similar al inglés antiguo en realidad.
Esta lengua, en Holanda, se encuentra relacionada con un área geográfica muy particular, la zona noroeste llamada Friesland.
Me pongo a investigar más y descubro un personaje local apodado Grutte Pier, un enorme granjero de fuerza singular que se rebeló y se dedicó a combatir a los enemigos de su pais (holandeses y alemanes) y que, se cuenta, distinguía a los propios de los ajenos pidiendoles que repitieran la siguiente frase:
"Bûter, brea, en griene tsiis; wa't dat net sizze kin, is gjin oprjochte Fries". Aquellos que no pudieran repetir "Manteca, pan y queso verde, quienquiera que no lo pueda decir no es un verdadero frisón" eran ejecutados de inmediato.
Encuentro además que a este tipo de frases en inglés se les llama shibboleth por una narración de la Biblia en la que se cuenta la lucha entre la gente de Gilead y los Eframitas, estos últimos quienes no podían pronunciar el sonido "sh". Así los de Gilead les preguntaban, "vos sos un Eframita?" y si el tipo decía "ni ahí" le pedían que dijera "Shibboleth" y si el desdichado decíá "sibboleth" era ejecutado en el acto. Así perecieron 42000 Eframitas ese día en el río Jordán, que es como la cantidad de gente que entra en una cancha.

Hay numerosas historias sobre este tipo de acertijos o santos y señas para identificar a los otros, los diferentes, los que no pertenecen. Es una conducta que permanece enterrada en el cableado primitivo humano, algo dificil de erradicar, parece. Por suerte existe otro tipo de acertijos discriminatorio y es el de forma de chiste para reirse del que pro algún motivo habla diferente o, más comúnmente, el inmigrante o el turista de turno. Así a un chino se le diría "pasame la carne de la lata" para luego acusarlo de estar cocinando roedores o un español a un argentino "cuando me ha llamado usted" para que el otro responde "sho lo shamé asher".
Pero la pregunta es, ha sido ustet estimado lector víctima de esta práctica en alguna oportunidad? Lo han asesinado los frisones tal vez? Lo han hecho repetir una mala palabra por accidente? Ha sido usted, caribeño amigo, obligado a decir "galbanso"? Usted como córdooobé, conoce alguna manera de detectar a un santiagueño? Usted como uruguayo, sabe como sacar rápdio a un argentino en una convención de tractores en Nebraska? Usted, como rosarino, sabe como detectar a un espía de Arroyo Seco?

Queremos saber de usted, por favor envíenos su caso aquí debajo nomás en la sección de comentarios.
Saludos cordiales.

Esto.


Si la trama Argentina fuera el de una novela mal escrita, o una policial donde un felino con poderes investiga la mansión de la colina, uno sabría en qué lugar ponerse. Se simplificarían las posiciones, los motivos, los personajes serían sólidos, honestos en las expresiones de sus naturalezas, se harían odiar y vivirían con las consecuencias, habría héroes de mármol y villanos de piedra; a mitad de camino se divisaría un posible final y nos llegaría al pecho el ansía de terminar, de pasar las hojas lo más rápido posible.
Si fuera una novela un poco más ambiciosa y compleja caeriamos en una serie continua de engaños, no sabríamos en quién confiar, cual es la verdadera motivación, la intención primera de cada personaje, lo transparente sería entonces una artimaña para relajar al contendiente, tranquilizarlo en la seguridad de su convicción; lo oscuro sería una impostura para protegerse alejando a los más incautos o incluso para autoflagelarse generando una esfera de miedo y sombras, un castigo desmedido impulsado por el amor a los demás que deben ser rechazados de las propias monstruosidades.
El final sería esperado, sencillo, amargo, abierto, repleto de preguntas , como un cruce de avenidas después de la madrugada, apenas enfriándose de la memoria de todo el tráfico pero con la promesa de un día ocupado con remordimientos.

La novela Argentina permite simplificarla y ajustar su intensidad de acuerdo a la capacidad del lector, esa es la más acabada de las artes, hacer una obra fluida y mutante que, como esas pinturas barrocas de santos torturados, persigue a la víctima curiosa en la penumbra de las galerías.
Pero siempre al final se profanarán todas las tumbas.

El pitufo electrónico.


1) Mientras tanto, en Argentina, un súper héroe rosarino ha nacido. Luego de una explosión en un reactor prototipo a gasoil de la planta generadora de Sorrento, el jóven técnico electromecánico Pedro Sandili se ha convertido en un ser azul eléctrico tirando a celestito con superpoderes que le permiten alterar la materia y detectar medidores adulterados. Finalmente comprende las leyes de Kirchoff y se hace llamar AyE, aunque Crónica lo llama El Pitufo Degenerado Eléctronico.
Que ande desnudo porque la ropa se le quema parece no importale a nadie, despué de la era Tinelli andar mostrando el miembro en TV es juego de niños.
La EPE decide subir la tarifa porque dice está prestando un servicio extra en estos tiempos de inseguridad.

Los productores agropecuarios le piden que intervenga y los ayude, el gobierno le pide obediencia y que sirva a la patria, los camioneros le piden que los ayude a levantar los piquetes, los brasileros reducen el caudal de agua del Paraná, la provincia de Santa Fé no le dice nada porque son socialistas, la dirigencia de Central le pide que se desdoble para llenar los baches en la defensa y ya que está, en la tribuna también, la municipalidad de Rosario dice que la ciudad está cada día más linda y hace un recital con la nueva tromba rosarina y AyE se ocupa de las luces y los fuegos artificiales.
Al final AyE decide sacar el pasaporte italiano y se las toma, se hace una base en la Antártida donde planea, junto a otros superhéroes, cambiar el destino del género humano.

Vos no te quedaste a pelearla, dicen los diarios.



2) Hemos publicado un nuevo cuento y una nueva ilustración en nuestro blog común con María Inés.
En Ojos de Mermelada, "El perro azul en la luna blanca en el espacio negro."

Juera víbora


1) San Patricio echó a las víboras de Irlanda, pero no a las lagartijas ni a las tarántulas, en su inmensa sabiduría.
Sin embargo en la Irlanda moderna de ahora numerosos negocios de venta de mascotas ofrecen ofidios entre sus productos. Es hora de hacer algo, no podemos permitir que se mancille el mandato ni la autoridad del santo patrono de Irlanda ni que se trastoque su voluntad, que en el fondo es una voluntad redivina. Estábamos muy bien sin víboras y no las queremos de vuelta entre nosotros, con la gallina tenemos ovíparo para rato.
Los convoco a todos para salir a romper vidrieras de veterinarias y petshops juntando a estos reptiles en una bolsa para llevarlos al punto más austral de las isla para lanzarlas al mar, una vez más. Guarda que pican.

2) El abuelo de San Patricio era cura y sin embargo pudo reproducirse con todo éxito.


3) San Patricio nació en Gales, que es la isla de enfrente, muy cerquita de Inglaterra. Sospechoso, no es cierto?


4) San Patricio explicó la Divina Trinidad a los irlandeses con un trébol que, como el ceibo en Argentina y Uruguay, es la flor nacional aunque no tenga pistilos.
En Irlanda hay pocas flores aparte del trébol, es todo verde y por eso, tampoco, hay abejas. La leyenda no dice que San Patricio haya echado a las abejas pero, como también pican, es muy probable.

La polinización se realiza desde tiempo inmemorial con pinceles. El día de San Patricio todo el mundo sale a polinizar una sección o parcela delimitada por paredes de piedra que se pueden ver desde Google Maps, rivalizando en visibilidad satelital con la Gran Muralla China.
También la gente hace miel, se mete el pólen en la boca y hace buches con cerveza para luego escupir el resultado en fuentones y palanganas. El hidromiel se deja fermentar en un lugar oscuro de la casa hasta que cuaja. Es la mejor miel de la Comunidad Europea.


5) Hoy se estrena primero en Irlanda y para todo el mundo el capítulo de los Simpsons en su primer visita a la Isla Esmerada. Irlanda ya no es lo que era, los pubs estan vacíos, ya no se puede fumar dentro de ellos, todo el mundo trabaja en empresas multinacionales de informática, ya nadie se agarra a piñas por nada.
El día 7 de Abril se develará, también públicamente, el nuevo presupuesto nacional llamado "De Emergencia", que se prevee durísimo en sus nuevas medidas y valores aumentados de impuestos para poder cubrir un déficit estatal de 4 billones de euros.

A reir y a tomar, que se acaba el mundo.



Todos en capilla.


La idea para mi próxima novela es así: la Central de Inteligencia del Vaticano (tienen una, segurísimo) convoca a un cura joven y buen mozo para que se infiltre en una organización de ateos que están impulsando una apostasía colectiva.
El cura acepta y le dan , en la Capilla Sixtina, una caja de madera y un sobre manila con instrucciones, cinco pasaportes de distintas nacionalidades, una estampita de San Roque por si hay perros guardianes, una tarjeta Cabal platinum y un carnet de CAOVA.

El tipo se infiltra, pasa horrores negando la divinidad y mordiéndose la lengua para no decir "hasta mañana si Dios quiere", escribiendo Dios con minúscula, diciendo "la pucha" por "uy dió", diciendo "prendamo la luce" en lugar de "Fiat Lux" y así hasta que es aceptado por la camarilla atea que se junta a jugar rol, a jugar al metegol, a ver películas como la "Pasión de San Tibulus" o "X-Men", comer pizza en la San Antonio, bendita contradicción que le brinda un poco de alivio, a comer bolas de fraile y suspiros de monja en esas tardes de invierno aunque él se ofrece voluntario y amasa tortas fritas.
Hasta finge enamorarse platónicamente de la piba esa de lentes que estudia en el Balseiro. Simulando timidez descubre que si a las minas no te las encarás a tiempo uno termina convertido en el mejor amigo y, si tenés auto, en su chofer. Agradece la lección porque le permite entender, por fin, a algunos de sus confesos.

Al final se presentan las cartas de apostasía y luego de un año son otorgadas, es decir dados de baja.
El grupo ateo decide hacer un asado festejo en la Familia Piemontesa.
El cura recibe un llamado en código y el día del asado lleva la caja de madera que le dieran en su momento, la abre y adentro hay un adminículo con gatillo. Lo pone debajo de la campera marrón con cueritos en los codos, entra al asado, deja el instrumento debajo de la mesa, come unas empanaditas, el asado (espectactular), una ensaladita, una copita solamente de Sirah como para no embotar los reflejos y mucha soda, mucha soda.

Los mozos lo atienden muy bien, pero muy bien y lamenta el saber que tal vez no tenga oportunidad de dejarles propina. Se siente confundido pero logra concentrarse pese al esfuerzo que hace para controlar la vejiga.

Al final, después de la casatita, llega el momento. El presidente de la organización se pone de pié dispuesto a decir unas palabras, un breve discurso, rodeado de sus hombres de confianza. Se hace silencio, el hombre golpea el micrófono y dice "un, do, tré, probando, probando, esto está prendido?".
Es entonces cuando se levanta el curita y en un movimiento ensayado hasta el cansancio al mismo tiempo agarra el sifón de Soda Jesusa de abajo de la mesa, relleno de agua bendita, y dispara sobre el líder y unas diez personas en un arco perfecto intinterrumpido que incluso descompone la luz de un flash en el espectro y forma una fracción de arcoiris sobre la mesa, vuelan migas de pan, escarbadientes y por un segundo el tiempo se detiene. Lo último que grita antes de ser bajado de un sopapo es "yo los bautizo".

Y así cumple su misión obligando a todos los apóstatas a iniciar el trámite de nuevo perdiendo un año de su valioso tiempo. Del cura no se sabe nada pero ya no se organizan más asados.



Nota del autor: puede haber gente que no guste de esta historia, así que la firmaré con seudónimo, pero temo por mi vida.

La delgada línea rosa


1) Fuí al gimnasio, después de la rutina bestial con pesas de 2.5kg que me sirve para renovar mís exhaustas reservas de testosterona, dejé la palestra y fuí al vestuario a pegarme una ducha. Entré y ví a una nena de 5 años esperando a que el padre terminara de vestirse . Alrededor otros hombres desnudos hacían lo suyo sin prestar atención. La nena observaba todo, incluída la desnudez del padre.
Me pregunto si soy yo el idiota moralista en toda esta situación o escenario nada hipotético, si en realidad está bien que un tipo lleve a su hija, que no es un bebé, al vestuario de hombres en lugar de dejarla 15 minutos al cuidado de la recepcionista, por ejemplo.

Por las dudas evité mostrarle mi desnudez, ahorrarle un trauma conocido en el mundo femenino como "el Síndrome Motonet" y me volví a casa transpirado pero con la conciencia tranquila, al menos por un día.

2) Bueno, pero la primera vez que vi una mujer desnuda fué a la vuelta de mi casa, estabamos todos los pibes espiando por las costuras mal cerradas de una persiana de madera entreabierta, detrás una chica se estaba vistiendo después de salir de la ducha en una tarde de verano con esa húmedad salvaje de Rosario que retrocede sólo con la sombra del gomero y el paraíso por un instante antes de volver disfrazada de sábana y funda pegagosa de almohada. Su alivio no fué el mio nunca jamás.

Habrán sido dos microsegundos cuando me tocó el turno, pero tan largos que pude ver todo lo que me interesaba y que a esa edad, claro, eran nada más que un glorioso, rosa, suave e inalcanzable par de tetas.

3) Uy, dije tetas.


Iron Man.


Cuando uno se hace hombre no solo tiene pelitos en la nariz si no también la responsabilidad de planchar.
Para no hacerlo tan traumático y darme aires de macho me pongo un traje de neopren y hago que salgo a hacer surf desde el lavadero a la cocina, la tabla bajo el brazo, el tatuaje de Bob Esponja y las crenchas desteñidas por el salitre del mar.

En Irlanda los surfers usan trajes de neopren o en mi caso disfraz de morsa, porque aún en verano la hipotermia acecha bajo y sobre las olas. Eso es un comentario informativo gratuito por si pensaban que debería planchar en traje de baño y en ojotas.

Lo bueno del neopren es que te sujeta ciertas cosas, te sube los "pectorales", te desarrolla el cuello, te restringe la papada, pero es incómodo con boxersy media 3/4 y a mi me da cosa estar desnudo abajo de la ropa.

Planchar tiene sus cosas pero la ropa de hombre es fácil, una remera es una remera, tiene mangas cortas, un vaquero no es má que un pedazo de lona en forma de tubo, para secar el cierre y otros recovecos que siempre quedan húmedos basta con dejar la plancha apoyada mientras me hago un tentempié de jamón y queso y, desde que somos modernos, no se les hace la raya al medio; todo lo demás no se plancha, ni las medias, ni los calzoncillos y pará de contar, no hay nada más excepto camisas, que casi no uso.
La madre de una amiga me enseñó a plancharlas, se empieza por las mangas, se sigue por el cuello, se plancha la parte frontal y por último la espalda, se hace un bollo y se tira en el fondo de un cajón. Listo el pollo.

En cambio la cosa se complica cuando en la pila aparece una prenda femenina. El problema acá son las texturas de las telas, su delicadeza, su falta de cooperación para el plegado, el blindaje con lentejuelas, esos tubitos como de vidrio que parecen granas de torta, espejitos, cuentas, boludeces de todo tipo, telas que al pasar la plancha se arrugan más que antes, pliegues superpuestos, cintas, lazos y boleadoras, puntillas, escamas de acero, mangas con formas más que humanas como para vestir horrores de los mitos de Cthulhu, cierres imposibles en ángulos abrumadores, estampados a punto de ser fundidos y embadurnados, especificaciones del fabricante que obligan a maniobrar con la plancha como si fuera la caja de cambio del R29 de Fernando Alonso, en fin, un terrible sufrimiento que se prolonga por horas.

Todo termina cuando de pronto, al final del túnel, aparece un repasador trémulo con sus imperecederas manchas de aceite y mostaza, semillas de tomate que se aferran con insistencia dramática a las fibras de algodón y aún pese al tercer lavado al pasarles la plancha siguen emitiendo un tentador aroma a salsa.
Me pregunto qué harán otros hombres en otras tierras para pasar el momento.

La mujer del diamante,


- Generalmente no pasamos este tipo de mensajes al aire pero hoy vamos a hacer una excepción.
La producción de "Pasemos al Living" pensó que era lo mejor dada la también excepcionalidad del mensaje. Voy a leerlo y vamos a dejar que el público decida, que nos deje saber si le interesa o no. A nosotros nos interesó, así que ahí va:




Hola Daniel,

Escucho siempre tu programa, bla, bla, bla, y no es mi intención molestarte ni robar tiempo de los importantes temas que tratás por una cuestión tan egoista. Sólo te pido que leas mi mensaje, consideres mi caso y decidas. Lo que decidas será para mi lo correcto.

Amo a mi novio y él me ama a mi. Sólo una mujer segura puede hacer semejante afirmación y sentir su corazón palpitar, tanto que tenga que ponerse una mano sobre el pecho y contener la respiración.
Decidimos casarnos porque los dos queremos dar ese importante paso, ese compromiso mutuo que significa tanto para nosootros, como podés ver. Pero a él lo echaron del trabajo hace seis meses y decidimos postergar nuestros planes y, como tantas otras personas, focalizarnos en lo urgente y, ahora, necesario. Tanto nos ha afectado a nivel económico que mi novio nunca pudo comprarme el anillo de compromismo que me había prometido. No soy una de esas mujeres, no necesito el anillo, no necesito toda la parafernalia de la fiesta, puedo aceptar un acto sencillo, una fiesta apocado pero sentida y un viaje a la vuelta de la esquina en motoneta, pero para él el anillo sería la condensación única de su promesa más allá de las demás privaciones. Y como lo amo lo entiendo.

Y he aquí cuando comienza el problema. Su madre, una mujer muy buena de quién me enorgullezco de conocer, nos ofreció un pequeño diamante comprado en años de bonanza sin ninguna otra razón más que la vanidad, según sus palabras, y al que por ende nunca le había dado ningún valor. La piedra por lo tanto venía descansando sus días de carbono, según palabras de mi suegro, en una caja olvidada en un cajón en un mueble en el desván. Cuando lo reencontraron buscando otra cosa decidieron que finalmente ese sería el destino del diamante, adornar el anillo de compromiso de nuestra relación. Al principio nos negamos, pero tanto insistieron mis suegros que mi novio y yo no pudimos más que aceptar y prometerles que le daríamos ese uso para validar la existencia de semejante acto de consumismo, según palabras de ambos.

Un amigo, luego, nos consiguió la dirección de un joyero de su confianza quién nos cobraría sólo los materiales del nuevo anillo y no nos cobraría la labor del engaste.
Así que tres días atrás nos subimos al coche y fuímos a la joyería. Pero en el camino sucedió algo. Decidí abrir la caja para dar un vistazo al diamante y en ese mismo momento, con la caja abierta frente a mis ojos, mi novio tuvo que hacer una maniobra brusca, dentro de la rotonda, para evitar a otro vehículo, un taxi, que se abalanzó en manera peligrosa.
No pude ver donde había aterrizado el diamante pero ya no estaba dentro de la caja. No puedo describir lo que sentí en ese momento ni lo que siento ahora, sólo puedo enumerar lo que hemos hecho desde entonces.
Hemos levantado los asientos, hemos aspirado toda la superficie del coche poniendo filtros en la aspiradora para atrapar cualquier objeto, hemos revisado forénsicamente cada prenda que vestíamos, en los zapatos, en los bolisillos, en los dobleces, en mi cartera, en la guantera, hemos llevado el auto al mecánico y han revisado dentro del freno de mano, debajo de la palanca de cambios, en las ranuras de la ventilación, debajo de los pedales, etc.
No hemos encontrado ninguna perforación en el piso del auto por donde pudiera caer el diamante a la calle, sin embargo hemos vuelto cinco veces al lugar para revisar la rotonda y también el lugar de la calle donde nos detuvimos a dar un primer vistazo...
Sólo me quedaba llamar a tu programa, querido Daniel, para probar la última cosa antes de rendirme y dejarlo ir, pero no puedo, aún si lo hiciera no siento que he hecho lo suficiente. Tal vez alguna persona que escucha el programa lo haya encontrado, ha pasado por esa intersección y ha tenido la suerte de verlo. Tal vez alguien tenga alguna idea o le ha pasado algo parecido. Tal vez sólo necesito vocalizar mi angustia y expresarla en una manera incontenible a través de tu voz.
Muchas gracias.

Un beso.

La mujer del diamante.

- Bueno, esa es la carta, creo que ahora entenderán por qué cancelamos la llamada con el Ministro de Educación y leímos esta historia, las palabras sobran. Ya saben entonces, manden un email, un mensaje o dejen su llamado. Vamos a ver qué sale de esto pero en "Pasemos al living" sabemos que la unión hace la fuerza y que la solidaridad es una fuerza insuperable. Vamos a ver qué dice la gente.
....

Han pasado apenas tres minutos y ya tenemos decenas de mensajes, textos, emails. Muchos mensajes de solidaridad y algunas ideas interesantes, veamos:
- Un diamante se puede buscar con una luz ultravioleta.
- El diamente está en la ventilación, el mecánico debería buscar en los tubos en el motor apenas salen del radiador.
- Tenés que pedirle a San Antonio...

- A la Virgen Desatanudos...

- A Columbo...
- Hay que matar a los taxistas...
- Olvidarte de todo, el diamante aparecerá como por arte de magia.

.....

Hemos leido y escuchado cientos de mensajes y para resumir un largo e intenso programa voy a mencionar los que nos han parecido más importantes.
Vamos a dejar que la mujer del diamante decida de estas opciones:


1) Un científico y profesor universitario ha hecho cálculos basados en la masa, volúmen y peso del diamante, la velocidad del vehículo y la distancia de frenado. Según esto el diamante se encuentra en....per no vamos a decirlo. Primero veamos los otros mensajes.

2) Una vidente tuvo la siguiente revelación en una corta siesta durante la duración del programa. En la visión había una joven rubia con un vestido cubierto de bolsillos, cientos de bolsillos de donde sacaba un papelito, uno detrás de otro y decía una palabra en un idioma que no pudo comprender pero que a lo mejor era arameo. Por último la mujer, ya vieja, se señalaba el ombligo. Así que según la vidente el diamante está enganchado a la falda que tenías ese día puesta, más precisamente en la cintura, en algún doblez.

De paso dice que le juegen a la niña bonita.

3) Un vendedor de autos con más de 30 años de experiencia dice conocer cada centímetro y pliegue del interior de un auto. Se encuentra hoy en la ciudad y tiene tiempo de ver el coche y ver en algunos lugares donde seguramente no han podido revisar hasta ahora.


4) Un inventor asegura tener en su poder el prototipo de un detector de diamantes y se ofrece a utilizarlo en el coche pero advierte que por los niveles de radiación remanentes el auto quedará inservible.


Vamos a llamar ahora a la Mujer del Diamante...

Datos menores sobre el pueblo irlandés y mis labios gruesos.


Yo no sé por qué pero los bebés irlandeses en general tienen una cabeza enorme, principalmente los varones, es por eso que dicen que el pueblo irlandés es muy sufrido, el femenino principalmente.
Pero bué, tampoco es cuestión de andar sacándoles mano o el cuero, tierra y pueblo que me dieron la bienvenida y me dejaron hollar su histórica isla turbulenta con estas patas argentas.

Iba yo hoy muy campante tarareando "Viejo reloj de plastilina", cuando ví un bebé de estos, chico, no sé, para mi son todos iguales los bebés, es más, no puedo considerarlos de mi especie hasta que se ponen de pié y enuncian algo como bububliblu-yahoo, pero este iba en coche tracción a madre y no tenía pelo ni caminaba ni miraba nada específico, así que ponele que tuviera no sé, seis meses de experiencia homínida práctica. Venía el tipo vibrando los labios y modulando la vibración con los dedos de la mano (podrían ser los del pié dada la flexibilidad cuasi canina de los antedichos individuos) muy orondo él todo abrigado en su limousine y la vista de tal efecto me hizo reir, pero la madre me miró medio mal con sus ojos celeste-norte a lo que respondí con ojos marrones-sur canibalescos, como la imagen de la foto que adorna esta entrada.
Todo bien hasta ahí, si hay algo que me gusta es asustar bárbaros, en especial niños que cruzan imprudentemente sus miradas con la mía, pero me quedé pensando en que yo hacía ese ruido con los labios hasta de grande ya, es más, creo que la semana pasada en la ducha me dediqué un concierto de labio y moquete para trucha en Sol menor. Pero si algo me queda claro es que las mujeres no hacen eso, ni de bebés ni de adúlteras.
Por supuesto esta anécdota no tiene fin, no hay moraleja ni lección ni aprendizaje, aquellos aventureros con ansías de conocer detalles del país que habrán pronto de visitar se sentirán confundidos y pasmados, no sabrán si traer gorras XL para niños o anteojos para evitar cruzarse con mi mirada.
Pero la culpa no es mía, ni tuya querido lector por alimentar este vicio absurdo de escribir pavadas. La culpa no es el chancho ni del que le da de comer.
La culpa de todo, como dice el ya viejo refrán ibérico, la tiene Yoko Ono.