Breve desaliento clorofílico.

La culpa de todo no la tiene Yoko-Ono si no la agricultura. Es increíble que nadie se haya dado cuenta. Los hombres de negro encubren estos hechos, no son los ovnis ni los aliens con ojos almendrados sin mentón ni partecitas entre las piernas. No. Es la germinación de poroto que desde la primaria nos somete,nos esclaviza a la rueda infinita de la vida vegetal como un ritual de iniciación menos sangriento pero mas ominoso que una buena circuncisión.
La agricultura trajo el sedentarismo, el amontonamiento de gente, la división de tareas, especialización, abundancia, tareas no relacionadas con la producción en si, es decir burocracia, monarquía, religión, un dios que cuidara de las semillas, el clima y las plantas, la muralla, el templo, la ciudad y el arquitecto, la irrigación, el ingeniero, la tala, la modificación del medioambiente, el comercio, el dinero, el litigio y el abogado, el militar y el prelado.
Hay más, seguro que hay más ahí oculto entre el follaje susurrando en el fondo de su garganta acanalada la maldición de la humanidad, el andar de rodillas, el romperse el cuello auscultando los síntomas del cielo.
Hubo un día en el que un desgraciado tuvo un momento de iluminación, de cristalización genial al comprender la relación semilla-brote, estación-ciclo y, desde ese momento, nos convertimos en maceta en lugar de lanza.
El perro nos domesticó con sus enormes ojos acuosos para vomitarle el fruto de nuestra caza al cachorro eterno, pero la clorofila, fiel a su estrategia de paciencia se nos aferró con la punta enrulada de su tallo a los tobillos, nos fabricó una noción de hogar y de retorno.
Nos esclavizó, finalmente, un poroto.

7 comentarios:

Paula dijo...

Una humilde germinación viene siendo la cabal imagen del Sauron que nos vigila, atento, desde su dicotiledónea forma.

Guardalasoja.

Mariana dijo...

has desculado la causa del intringuli de la modernidad.

Ave Luciano!

Galo dijo...

Ah, ahora si!
Entonces puedo deducir que cuando, en la primaria, mate al poroto y no me germino. En realidad yo -aunque la maestra fue incapaz de comprenderlo al poner la nota en mi cuaderno- no estaba haciendo otra cosa que empezar una revolucion.
P.D.: Se me paso del otro post, pero le del Amargo Obrero me alegro un buen rato.

Malen dijo...

Yo también maté todo poroto que paso por mis manos! Ahora, los nomades también se la traian, jeje

Anónimo dijo...

Parece que en todos los sentidos de la expresión nos esclavizó una semilla. Qué paradoja, aquello que crece siempre te agarra de los tobillos. Con lo lindo que era andar de un lado para otro!

Menta Ligera dijo...

No se por que me vino a la mente el cuentito de Andersen... Aca esta: http://pacomova.eresmas.net/andersen/habichue.htm

Daniela Lucena y Gisela Laboureau dijo...

jajajaja, que buen aporte para a teoria marxista, o para la dialectica del amo y el esclavo!