Man+Hat+Tan

La voy a hacer corta, no voy a contar cada cosa que hice en Nueva York, pero en cinco días hicimos bastante, tanto que cuando volví sentí un vacío terrible. No tenía que buscar en el mapa ni entender el subte, ni planear la ruta, ni moverme entre miles de personas ni correr en las esquinas para enganchar el último suspiro del semáforo, ni tratar de dejar de sentirme como adentro de una película todo el tiempo. Fué como una vorágine adonde el enano capitalista se me endespertó fuertemente cuando entré en el cubo de Apple o "El orgasmatrón técno".
Pero Nueva York tiene cosas de Rosario. Tiene los ferries que se parecen sospechosamente al "Ciudad de Rosario", tiene el Empire State que es casi tan alto como la Torre Pascualina, tiene una estructura de calles en cuadrícula, tiene el Central Park con los componentes esenciales del Parque Independencia, tiene la famosa Estatua de la Libertad con el mirador estilo Monumento a la Bandera...y si pusiera un poco más de ganas nombraría algunas otras cosas más, pero creo que es suficiente. Es una especie de plagio urbanístico a gran escala.
Otro detalle: todo el mundo habla castellano y se parece a mi! Bastaba con asomar mi caripela de latin lover para que todo el mundo me hablara en castellano. Ya casi lo tenemos. América para los americanos. En todo caso si decidiera emigrar hacia la puerta dorada ya sé de que trabajaría: aparcando carros!
Para redondear le pongo un puntaje. NY se lleva 7.5 puntos en la escala turística Motoneten. Si alguien quiere viajar y tiene preguntas que hacer, pregúntenmen nomás que alegre y voluntariamente compartiré todo lo aprendido. Un truco para poder asimilar la magnitud de la ciudad: antes de ir imagínese todo al doble del tamaño real así cuando llegue todo le parezca la mitad de pequeño. Funciona para mi.

Blog Action Day: gente, a ver si queda claro: cada vez que malgastamos recursos se muere un oso polar y un tipo se hace más rico al pedo. Yo prefiero a los oso polares porque están lejos para arruinarme la existencia. Así que apaguemos la luces prendidas al pedo, cerremos la canilla cuando nos lavamos los comedores, usemos más las extremidades inferiores debidamente evolucionadas para tales propósitos locomotivos. Y tengamos hijos que vayan a lugares como el Balseiro para que aprendan a desarrollar una fuente de energía limpia barata e inagotable porque realmente pienso que somos todos unos reverendos pelotudos que ya no podemos apagar la fogarata.