Es que vi luz y volví.

Vi y hablé con mucha gente. De cerca vi a un grupo de gente trabajando que me recordó un grupo del que formé parte, de lejos un grupo de golfistas, desde distintos ángulos gente deambulando en los aeropuertos. En todos ellos vi a otras personas que he conocido. La voz de uno, el aspecto de otro, la postura de gallito de aquel fanfarrón, la actitud crítica constante de uno más, los rasgos faciales, la versión masculina o femenina de, etc.
Estas últimas semana he visto a mucha gente parecerse a otras que he conocido, los de la primaria, los de la secundaria, los compañeros de trabajo... La teoría es esta: los rasgos se repiten pese a las mezclas y las latitudes, no existe un dios ya que si somos todos iguales entonces cada uno es dispensable porque la repetición anula la individualidad y en este universo la individualidad es la muerte de la monotonía, entonces debe haber un propósito (o la sospecha de) o por el contrario, la repetición asegura la supervivencia de un único modelo sagrado... o definitivamente somos solo un organismo en formación o una súper colonia que permite el éxito grupal pese a la muerte de seres sin rasgos distintivos que siempre caen del mismo lado y anónimamente pese a los anuncios en los diarios.
Haber visto cierto número de personas en un lapso determinado de tiempo permite hacerse una idea de la forma de todos los individuos.
Quizá tenga o no sentido, alguna utilidad práctica. Seguramente sea sólo una inútil observación alucinada. Pero hasta me he visto a mi mismo comiendo en la mesa de al lado y por un segundo suspendimos la masticación para mirarnos instantáneamente sorprendidos.

5 comentarios:

Bea dijo...

Me encanto. Lo que me encanta es entrar aca y sentir que eso mismo yo lo pense o lo sonie, no hace mucho, y vos tan genialmente lo pusiste en palabras. Besos

Anónimo dijo...

Cuando se vieron mutuamente desde la mesa de al lado, quién disparo primero? Vos o Juan Bourne?

Porteños en Ginebra dijo...

La ultima frase —tan a su estilo, todo hay que decirlo— me recordo un cuento de Jorge Luis Bourne: ese en el que el mismo pasea junto al Rodano, aca en Calvin City, y se encuentra con el mismo, pero mas joven. No recuerdo el tenor de la conversacion que Bourne & Bourne tienen —mi memoria se licua ineluctablemente. Lo Googlee (J L Bourne + Rodano), pero solo encontre esto:

¿Y el incesante Ródano y el lago,
todo ese ayer sobre el cual hoy me inclino?
Tan perdido estará como Cartago
que con fuego y con sal borró el latino.

Menta Ligera dijo...

Es tan cierto... Hace años conoci a mi doble, bailaba arriba del bafle en un boliche de zona norte. Y un dia en el colectivo un chico me dijo "¿pero no sos vos la que baila en el boliche tal y cual...?" No le aclare que a los 19 años mi viejo todavia me esperaba en la puerta de casa cuando volvia tarde y no me dejaban ir a bailar excepto raras ocasiones...
Hace un mes, en el cine, me tope con otra doble sentada en la butaca de adelante. No me vio. Pero me entro un escalofrio. Es dificil asimilar la otra version de uno mismo.
Me pregunto cuantos dobles tendre repartidos por el mundo. Y me siento producida en serie.

Luciano dijo...

Bea: y todo gratis encima! ;)

Gaby: no lo vi alargar la mano hacia la sobaquera, asi que no inicie el combate, se me enfriaba la comida.

Spindoctor: el tema del doble, el otro, el traidor y el heroe en mi caso ambos juntos casi pegoteados o indistinguibles...
Como dije, todo es Borges.

Menta: hay dlobes que nos dan mala fama...encima. Lo speores los que nos dan envidia.
Y uno cuando los mira se pregunta si el otro al mirarnos se ve parecido o es uno el loco. Espero un dia hablar con un doble.
Tu viejo te esperaba en camiseta?