Especial de Halloween

Ya me empaché con los chocolates que nadie vino a reclamar. Afectará mi figura?
Pero no siempre los niños han pedido golosinas. Me han contado algunos nativos de la isla que antes de la invasión cultural yanki (que dicho sea de paso no es más que una exageración de los festejos importados a América por los inmigrantes irlandeses osea que hay que tener cuidado con lo que uno exporta) a los niños se les regalaban frutas: una buena banana, una manzana, un ananá, pero por haber pasado tanta pobreza nunca un mango.
Es justamente la manzana la que nos lleva de la mano a los orígenes de tan bárbara festividad. Cuando los romanos entraron en "contacto" con los pueblos celtas mezclaron algo de sus ritos con los de los invadidos. Justamente en Octubre se celebraba a la diosa Pomona, protectora de las huertas y de los árboles frutales; ambos festejos se aunaron y los juegos con manzanas parecieran venir de esas épocas. Pero claro, no es la primera vez que oímos ese nombre. Pomona era el nombre de una gaseosa de los años 50, justamente con sabor a manzana si es que no me equivoco ya que nunca la he probado y nadie que yo conozca porque nadie puede ser tan viejo.
La diosa es representada por una joven, preferentemente desnuda, portando un gran plato con frutas o una cornucopia. Es esa justamente la efigie en la fuente ubicada frente al Hotel Plaza de Nueva York, de la cual he tomado un par de fotos ignorando su identidad.
Si no fuera porque me faltan los chinos diría que he encontrado otro círculo perfecto.
Ya sabemos entonces, honremos a los antiguos, tomemos Pomona.