El Gran Espíritu

1) Todas las mañanas viene un tipo y deja en la cocina del trabajo dos diarios de diferentes estilos editoriales, un par de paquetes de pan negro, si es necesario té, azúcar, café, mermeladas varias en delicados paquetitos individuales y una bandeja llena de manzanas, peras, mandarinas y bananas.
Apenas deja los víveres una horda incontrolable se arroja sobre las bananas. No sé qué tiene esta gente con esta curvilínea fruta comestible de la familia de las musáceas.
Considerando que en Irlanda las frutas son más bien inexistentes supongo que ha quedado un residuo de cuando la economía era un desastre y los niños en lugar de recibir dulces recibían frutas y seguramente una banana fuera considerada un divino tesoro.
Es solo una idea. En el país de las chotoberries el plátano es rey.


2) Así que abrí el diario más amarillista que era el que estaba libre y que viene con la tira de Dilbert y encontré una nota de lo más llamativa. La foto mostraba a dos aborígenes americanos charlando con alumnos de una escuela primaria irlandesa.
Los Choctwas son un pueblo originario de norteamérica que supieron ocupar la zona del Missisipi, Louisiana y Alabama. Son una de las consideradas Cinco Tribus Civilizadas (por los blancos), termino un tanto extraño pero que en definitiva demuestra su poder de adaptación.
Resistieron al invasor español, pelearon en la guerra de Independencia e hicieron de mensajeros en la primer gran guerra ya que los alemanes no podían comprender su lengua.
Sin embargo sufrieron mucho. Un día fueron, como los indios Quilmes, trasladados muy lejos de su tierra natal hacia las reservas de Oklahoma. A esta marcha forzada se la llamó el Sendero de Lágrimas y muchos, como es de suponer, murieron o pasaron penurias.
Dieciseis años después de este éxodo, en el año 1847, un grupo de Choctwas hizo una colecta. Juntaron 170 dólares, una fortuna para la epoca y la enviaron a Irlanda para ayudar a aquella masa inmensa de seres que morían como moscas, con la boca llena de pasto.