Ekeko

1) Como no puedo tener mascota por el momento por falta de espacio (no puedo tener ni liendres) he decidido hacerme un Gólem.
Así que fuí a la librería y compré plastilina, le di forma y le insuflé vida con una churrera. Nada.
Vino mi mujer (porque es mía, aunque la esté pagando en cuotas y en cualquier momento licito) y me pregunta que qué cuernos es eso.

-Es como mi hijo, pero no le puedo insuflar vida al inerte este.
-Parece un Ekeko.
- Un qué?
- Uno de esos muñecos que fuman solos.
- Un Okapi querrás decir, está en la Encyclopedia Britannica.
- Ah, pará, cómo sabe el tipo, te digo que es un Ekeko.
- Un Okapi.
- Es un Ekeko. Mirá, ahí se mueve.
- Está vivooooo!!
- Si, loco, habilitame un pucho.
- Era Ekeko nomás.
- Me niego a criar un Ekeko, me da como miedo, además lo tengo que dejar arriba de la repisa, a ver si se pelea con el elefante de la abundancia. No sé, yo quería algo más interactivo como una Nintendo.
- Loco, pasame un volátil que tengo escalofríos!
- Pisalo te digo y hacete un florero, nunca fuiste buenos con las manos, te lo puedo asegurar.
- Mala mujer, cero en compasión. Pero tenés razón, mejor lo hago con forma de Action Man. Lo siento Ekeko, como Gólem me limitás en opciones, prepárate a sucumbir y volver a la materia de la que has sido hecho.
- Noooooo, quiero vivir!
- Vivirás en mi recuerdo.
- Dale nomás entonces, pero antes dame un pucho.
- No fumo.
- Dió, haceme chorizo nomás, así no vale la pena vivir, era mi ilusión fumarme por lo menos un Parliament.
- Pará, si es tu última voluntad voy al kiosco a comprar cigarrillos sueltos.
- Traeme un LM también.
- Algo más?
- Pastillas Mentolyptus.
- Ahora vuelvo.
- No corras papá, te esperamos.
....
- Che, mujer, ya volví, adónde está el Ekeko?
- No sé, no lo habías destruido?
- No, no, se escapó! Maldita sea!
- Y otra cosa, querido,será el dios de la abundancia pero se llevó la billetera, las llaves del auto y la Commodore 64!
- Noooo!!! La Commodore noooooooooooo!!!!


2) Ayer empecé el entrenamiento para la maratón, fuí a jugar al fútbol con los de laburo, no me fué tan mal pero nos cayó un chaparrón helado que me dejó descompuesto. Hoy tengo boxeo y pedicura, que se me clavan las zapatillas como al hombre lobo.

3) Estoy aburrido. Recuerdo que cuando decía esto mi madre hervía de la furia, la carcomía el odio constatar que una mente tan prístina podía hartarse del universo. Antes los pibes se hacían un mundo con un corcho, pero yo nací en una generación intermedia, aquella que sospechaba que pronto saldrían autos a control remoto y que deseaba que saliera el merchandising de Combate. Pero una vez me hice un auto con un sachet usado de shampoo. A mi me parecía un auto del futuro sin ruedas. Y lo sigo buscando a ver dónde lo dejé.
Estoy aburrido.