Mr. Saigón

Ayer conté hasta diez (10) helicópteros haciendo cola en el cielo para aterrizar en el hipódromo de Galway y llevar a los invitados pudientes a sus respectivos hoteles. Me hizo acordar a las imágenes de la caída de Saigón. Un viaje ida y vuelta cuesta 350€. Y todo eso para ahorrarse el mal trago de quedar atorado en el tráfico o para elevarse sobre la mediocridad y demostrar que se puede.
Es una semana de carreras y se presenta la crema de la sociedad irlandesa. El primer ministro con sus ministros se dedican a hacer sociales y aquel que quiera cenar con ellos debe pagar. No sé cuánto es pero por lo menos unos mil (1000€). Así se teje la trama no tan secreta de los negocios. Pero parece algo aceptado. Sigue siendo un país muy chico adonde todos se conocen. Por qué no hacernos amigos entonces?
El día más importante de la semana es el llamado Ladies Day. Muchas bellas señoritas se disfrazan de pavos reales y concursan por dos premios: el mejor sombrero y la mujer mejor vestida. La ciudad se conmociona y es ahí cuando aparecen los helicópteros al rescate.
En general el evento no me mueve un pelo salvo cuando quedo atrapado en el tráfico. Podría haber ido a ver las carreras pero no me llama.
Una vez, durante una caminata fortuita y errabunda terminé en el circuito, me colé y me aposté en una curva para poder sacar una foto del pelotón. Era de esperar que la tierra temblara y que sintiera el corazón detenerse por un segundo. Fuí como un peón de un ejército condenado por la superioridad arrolladora del enemigo. Pero saqué mi foto y me di cuenta de que en realidad las carreras de son mucho más sobre las apuestas y lo social y bien poco sobre los caballos.
Un helicóptero por acá.