Anotaciones sobre lo ya anotado.

1) Editando algunas fotos que saqué en la Alhambra me nació como un fervor por el lugar y me puse a leer "Cuentos de la Alhambra" de Washington Irving (libro que perdí la semana pasada), un gran escritor yanki que estuvo viviendo en el lugar en el año 1829, cuando el turismo era para gente curiosa e inteligente con un buen trabuco naranjero en las alforjas. No digo que no sea ahora para gente curiosa e inteligente, pero también lo es para la gente que no, así que tanto mejor.
Se puede leer online en este lugar, pero no lo lean en horas de trabajo porque no es ni ético ni moralmente aceptable, que conste:

LIBRO VIEJO CON OLOR A PODRIDO.

2) De la riqueza del reino árabe español y de su ruina quedaron miles de leyendas populares que hablan de tesoros escondidos protegidos por encantamientos y de como algunas personas han sabido astutamente hacerse con ellos.
Eso me recordó lo que me contó mi abuelo sobre un tesoro de los españoles perdido en el río Paraná ahí frente a Entre Ríos. Y me recordó también a esa vez que soñe tan vívidamente que me era revelada, por un ángel que hacía sonar una trompeta de oro mientras descendía a una ciudad de mármol habitada por inmortales, la ubicación exacta del tesoro extraviado por el virrey Sobremonte. Pero ya me olvidé los detalles y no, no estaba fumado.

3) «¡Qué bello es este jardín - dice una inscripción árabe- donde las flores de la tierra rivalizan con las estrellas del cielo! ¿Qué podrá compararse con la taza de la fuente de alabastro llena de agua cristalina? ¡Nada más que la luna en su apogeo, en medio del firmamento sin nubes!»