El perro de abajo.

Hace tiempo que vengo pensando insistentemente en cómo hacerme rico. Incluso pienso formas de hacerme rico trabajando. Una de las mejores maneras sería, creo, inventando algún producto novedoso, sencillo, accesible a todo el mundo y totalmente irresistible. Parece ser que la gente inventa cosas pensando en necesidades y problemas de una manera original y única. Uno de mis grandes problemas es que se me desatan los cordones de las zapatillas. Mi más elegante solución hasta el momento ha sido agacharme y atármelos cada vez que se deshacen ambos nudos así no me tengo que agachar dos veces. Se me había ocurrido un miniganchito para la ropa para sujetar el nudo, pero ya está inventado y no sería una elección popular para el target más suculento, los hombres de negocios (las mujeres no usan zapatos con cordones en esos ámbitos). Es una callejón sin salida.
No es que esté desesperado por hacerme rico, pero en este mundo todo cuesta plata y parece que uno solo viene al mundo a triunfar, a destruir al enemigo, a estar entre los primeros de la manada, a comerse los órganos más suculentos y nutritivos de la presa, el hígado, los riñones y los chinchulines (no estoy seguro sobre esto último porque hasta ahora sólo me han tocado los tobillos). Estoy dispuesto a evitar todo este drama primitivo y truculento y esquivar la cola.
Otra manera es escribir algo regrosso, no necesariamente bueno, pero algo que se venda sin parar desde el día a la noche durante tres generaciones. Podría poner como ejemplo a Harry Potter, que se vende, pero como no lo he leído no sé si es bueno, aunque según lo que he visto en las películas (las pasaban en el colectivo de larga distancia) me caen un poco pesados los tipos a los que les sale todo bien, por eso prefiero a Frodo o a Bilbo que por lo menos pasan un hambre que te duele, aunque es cierto que El Señor de los Anillos más que empujarte a la compra de merchandising sólo te empuja hacia la heladera.
Pero como verán, todo lo que puedo escribir es esto. A menos que pueda triunfar con el blog, eso mismo, cómo no se me había ocurrido antes!? Sin embargo la realidad indica que mi blog ha decaído tres puntos de "autoridad" y ha caído cerca de 200000 puestos en el ranking de blogs. Mucho me falta entonces para lograr un millón de clicks por día y recibir comentarios lascivos, racistas y generar un legión de fans desesperados por conocer mi "cuchitril creativo" escondido en las colinas de Connemara. No sé si es el estilo o porque ando medio inseguro con el tema de los puntos y aparte, pero sospecho que más que nada es la falta de posts del tipo personal. Ejemplo: "Querido diario, hoy me pelié con la guacha de mujer (evitar la corrección política y no corregir el sexismo en el lenguaje) y casi le pongo una ñapi, pero decí que soy un caballero y no me sulfuré que la reviento. Encima hoy viene y me agarra un sarpullido acá en la gamba adonde me roza el elástico del calzoncillo así que, agarráte, hoy no uso slips je je je. Será un champiñón de verano."
El estilo es harto importante, la crudeza en la descripción, la fidelidad al discurrir de la voz de la mente, la expresividad primigenia, sin filtros, sin ambages, narrando las vicisitudes de un hombre moderno, comprometido y masculinamente sensible (ojo ahí), abrumado por el peso de las responsabilidades y presiones de una sociedad cruel y egoísta con sus valores basados en el exitismo más impersonal y antisolidario.
Ponéle. O por ahí haciendo posts más cortitos.