La novísima y breve novela de caballería
La hierba era de
Tantas flechas habían arrojado que la pradera hubo cambiado de color y parecía
Así era visto desde la distancia, en silencio, a menos que el viento empujara momentáneamente un exabrupto de violencia y lamento, un grito de un hombre llamando a su hermano.
El tramo de la izquierda parecia recorrer una parte mas fria y oscura
Al cabo de unas horas, el camino seguía,
En un claro de la floresta, apoyado sobre un árbol, dormitaba un caballero de armadura gris y antigua. Sobre su cabeza colgaba una rama blanca y de ella una manzana de oro. Pero el caballero que hacía guardia más parecía muerto que yaciente y el aire estaba quieto,
El caballero se apeó y se acercó a la manzana y la tomó entre sus manos. La fruta se desprendió sin esfuerzo ni sonido y pesaba mucho, pero aún con esto la rama no se movió.
En eso despertó el que yacía y parecía atontado y sorprendido y preguntó con que motivos y derecho le habia robado la manzana de oro que debia custodiar
El caballero replicó diciendo que derechos no tenía, y que había sido fácil tomar el fruto mientras el otro dormía y que, si su juramento se cancelaba cuando la fruta fuera recobrada, entonces ya nada le ataba y que había sido una fortuna que no tuviera que defenderla por las armas, que como guardián bien había faltado a su tarea pero que buenas consecuencias podían sacarse de ese entuerto.
El caballero gris meditó estas palabras y al cabo aceptó su suerte de verse liberado
El caballero miró al guardión. Era gris por donde lo mirara. Todo gris, el acero viejo sin herrumbre, los ojos aturdidos, las barbas que asomaban
Siguieron así hasta dejar atras la floresta y encontraron un castillo, que era más
El caballero cargó, pero al bajar la lanza y al hincar espuela, olvidándose de su compañero este fué a dar en tierra con un estruendo, mas no dijo nada y se quedó
Los enanos, al ver esto, dejaron al pobre hombre y empezaron a reir a viva voz, porque la situacion les parecía divertida. Decían muchas cosas de horribles y con burla y se tenían por más hábiles que los caballeros y ya pedían que los armaran que velarían las armas en la capilla del castillo.
Esto irritó al caballero que retomó dominio de su espíritu.. Poniendo pie en tierra, le dió con el
Los demás, viendo esto, escaparon, y el hombre que había sido apaleado también iba con ellos, porque había sido todo una artimaña. Antes de desaparecer se llevaron la espada
El enano herido poco dijo, salvo que no servía a ningún señor y después entregó el espíritu.
3 comentarios:
Y un servidor aqui mismo tambien!
Si no gusta, no gusta, pero es para despuntar el vicio de la escribitud.
Un saludo.
A mi, perdonenme, pero nunca me gusto la edad media...
A un amigo le encanta y discutimos mucho alguna vez. Claro que el estudiaba ciencias politicas.
Esos cursos de acero, espadas damasquinadas y demás te llevan a la Edad Media, claro. Bueno, Don Quijote era peor caballero: confundía gigantes con molinos de viento. (Igual sólo necesitaba un par de lentes y nadie se las dio.)
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