Más historias rescatadas: Stereoliteratura.


Un señor agarra y lee un libro en una lengua que no es la suya, es decir su idioma primario o materno, si no uno aprendido mucho más tarde y que, comparado con el suyo es como una imitación de juguete de madera con ruedas negras y doradas que de tanto escucharlo nos deja esa impresión a cuadro de payaso llorando en un living de palacete venido a consultorio médico con alfombras carmín y empapelado con firuletes dorados y un pequeño cuarto casi confesionario por cuya puerta no cabe nadie ni cuyo picaporte delicado está tampoco confeccionado para ser manipulado incrustrado bajo la escalera empinada, en ese espacio cuyo nombre sólo conocen los arquitectos, que nunca nadie usa mientras esté así la casa alquilada. Es decir que lo lee en italiano.
Y ve con los ojos de la mente todas las escenas que ocurren en un palacio donde un hombre prisionero pero con libertad de movimiento intentan aplazar la fecha de su ejecución y lo consigue periodicamente hasta que muere atragantado con una aceituna rellena de almendra de una pizza de lujo que trajera un mercader veneciano. Al morir lentamente el prisionero debe escuchar al señor del palacio enumerar los otros tantos diversos métodos fallidos que intentara para asesinarlo sin derramar su sangre, teniendo que decantarse finalmente por el de la alergía al fruto del olivo luego de haber ensayado incluso hasta mezclarle el vino de Siria con extracto de sandía americana, árbol apenas descubierto y transplantado a los dominios del monarca.
Entonces el señor, impresionado, decide leer el libro en su lengua materna que tambien hablara su padre, y con estupor comprueba que contempla visualmente las secuencias del relato con los mismos detalles pero de manera simétricamente opuesta a la que imaginara inicialmente, excepto por el protagonista de lunar inalterado.
Es entonces cuando el prisionero del relato, siguiendo un guión encadenante, fijado de antemano, gira precisamente a la izquierda y da a parar a un espacio inesperado del palacio, digamos un rosedal, con lo cual burla astutamente a los guardias quienes se acaban de tropezar uno con otro al tener que evitar la presencia de un muro inesperado.
Escapa entonces a la carrera desgarrando sus ropas delicadas y saltando un parapeto aterriza entre una multitud que se retira de un bazar por ser la hora de cierra y se confunde y se pierde por las calles de una ciudad que ya no conoce, a la que nunca entró por ninguna puerta, en un mundo donde de todos modos perecera de hambre, porque las moléculas invertidas de los alimentos no pueden ser asimilados por sus jugos gástricos incapaces de descomponer este giro inesperado de los aminoacidos.

10 comentarios:

El Gaucho Santillán dijo...

La flauta!!

(Los "palacetes" devenidos en consultorios, son los "Petit hoteles" de la calle Oroño?)

Esto tiene relaciòn con la antimateria. Todo al revès.

Los electrones tienen carga positiva, y los protones, carga negativa.

Los gatos comen "Dogui", ademàs.

La cuestiòn, es que al final se muere. Se muere de inaniciòn.

(ojo, no confundirse. Es todo al revès. Le da flor de empacho!)

Saludos

Kill Bill dijo...

¿el prisionero del palacete puede ser un alter ego del tipo q lee en italiano q tambien es prisionero de las limitaciones del lenguaje?

OPin dijo...

Si,siiii, yo alquilé una piecita en un palacete del boulevard Oroño mucho tiempo y tenía un cuadrete de payaso y todo. Me fui porque me daba miedo.
El empapelado dorado era hecho con rodillo. Una mentira.
Y casi me muero también atragantado con una aceituna pero rellena de carozo.
El rosedal también lo ví, pero lo de las moléculas no me tocó nunca. Será porque yo no sé leer italiano.

Muy bueno, gracias por el relato.

Luciano dijo...

Que bronca, mi contestación esta borrada!

Decia que la idea venia de una vieja historia de la quimia organica relacionada con la orientacion 3d de ciertas moleculas. En un mundo especular un ser de este mundo no poidria asimilarlas.

De esas casas tambien hay por calle Pellegrini.

Kill BIll: no sé, hubiera sido más borgiano,no? :)

El Gaucho Santillán dijo...

Estero-isomerìa? Isòmeros especulares? Soluciones racèmicas?

Pensè que nunca màs volverìa a hablar de esas cosas!!! (pero se ve que el destino se ensaña conmigo)

Estoy desolado. Desolado.

Luciano dijo...

Eso mismo, Gaucho.
Ja, perdón, pero es así la cosa :)

amelche dijo...

¿Eso sólo pasa al leer en italiano? ¿O también al leer en inglés cuando no es tu lengua materna? Me estoy empezando a preocupar, a ver si me va a pasar algo por leer en inglés... :-)

Kill Bill dijo...

jajaja me encanta esta cumbre virtual de ingenieros autonvocados! Pero lo digo en serio, aportan mucho a los q nos dedicamos a las letras, se activa otro aparato interpretativo muy copado, me acorde de ese capitulo de Rayuela donde habla de la fisica quantica y sonreí xq tuve la misma sensación q en ese momento: q mi cabeza era una esponja porosa y empezaba a mirar las cosas de una forma nueva

Kill Bill dijo...

Motonet, para mi si es medio borgeano el relato no? pero no sé xq pensé en continuidad de los parques de cortazar esta vez...

Luciano dijo...

Amelche: sí. En inglés no sé, no me hago cargo. :)

Kill: como Asimov, era tan necesario su aporte. Salvando la distancia entre él y yo, claro :)
No quiero insultar a esos dos, digamos que el relato es borjudo y cortazudo.