El efecto Leidenfrost y la inmortalidad de la motoneta o de como es que los hombres que lloran se quedan con la rusita

El efecto Leidenfrost describe el fenómeno por el cual un líquido apenas en contacto con una masa significantemente más caliente que su punto de ebullición produce una capa de vapor que evita que el líquido se evapore rápidamente. Para explicarlo mejor: caliente una sartén in extremis, pero no por el mango, y luego deje caer una gota de agua sobre la misma. La gota comenzará a bailar y se mantendrá casi intacta hasta finalmente desaparecer, pero mucho más tarde de lo que debería.

Mi viejo apareció un dia con una salamandra, una estufa, hecha por él mismo. La pasamos muy bien con ese ingenio. Con mi hermano jugábamos a tirar gotitas de agua con una jeringa sobre la estufa y ver como bailaban en lugar de esfumarse inmediatamente.
Un dia leí Miguel Strogoff, de Julio Verne, y el punto fundamental de la novela radica en este mismo efecto.
Miguel Stroggof es un oficial de caballería al servicio del Zar que tiene que enviar un mensaje desde Moscú a Irkutsk, osea la loma del cachilo en medio de la Siberia adonde el diablo perdió el poncho.
En el proceso y luego de pasar terribles y variadas aventuras, es atrapado por los tártaros quienes lo condenan por espía a perder la vista. Es así que le pasan delante de los ojos una cimitarra al rojo vivo. Sin embargo no queda ciego. Es que en el momento de la ejecución, sus ojos se llenan de lágrimas al pensar en su madre (presente en ese momento) y éstas experimentan el fenómeno antes mencionado, salvándolo de la ceguera.
Sin embargo Strogoff, que no es boludo, no dice nada y se aprovecha de su supuesta debilidad para seguir adelante con su misión sin ser molestado, ya que sus enemigos lo consideran un simple tullido. Ah, y al final se queda con Nadia.
Y a que viene todo esto? Y bueno, yo avisé en la descripción de mi Blog que esto es también un espacio para mi vanidad. Hace cinco años que visito la página del diario irlandés The Irish Times, y siempre he leído la columna de Brendan McWilliams, de profesión metereólogo. Un dia decidí escribirle un email para comentar su artículo sobre el efecto Leindenfrost y la importancia del mismo en la novela de Julio Verne y, unos meses más tarde, me citó en su columna.
No tiene nada de extraordinario, pero para mi fué importante porque vi mi nombre impreso en el diario y no precisamente en la sección Policiales.
La inmortalidad tiene la substancia del papel higiénico, pero con letras.
El link al artículo en cuestión, ACA.
Quien dijo que los hombres no lloran? O que no les convenga?
Ah, y hablando de tártaros....

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué finolli, su nombre en letras de molde profesor Testa! Enhorabuena.
Ahora hay que mencionarle a Mr McWilliams, como quien no quiere la cosa, al Conejo Negro Gigante de las Alturas de Parkmore y sus efectos en el indice de caidas de barbacoas de jardin en Irlanda Occidental...

amelche dijo...

Oye, oye, ¿firmarás autógrafos o te olvidarás de los pobres mortales que te leíamos antes de ser famoso? :-) Me ha gustado esto: "adonde el diablo perdió el poncho". Nosotros, más blasfemos quizá por mencionar el nombre de Dios en vano, decimos: "Donde Cristo perdió el gorro" y "Donde Cristo dio las tres voces". A saber qué voces serían...

Anónimo dijo...

Grande Motoneten.
Los periodistas deben ser instruidos, ya que hablan mucho y saben poco. Humille...

Federico dijo...

El efecto Leidenfrost que se produce al dejar caer una gota de agua en un
objeto caliente o enfriar un objeto por inmersión en un líquido. En ambos procesos el
líquido entra en ebullición violenta cuando se pone en contacto con el cuerpo caliente,
pero cuando la diferencia de temperatura entre el objeto y el líquido es importante se
puede apreciar un efecto bastante llamativo en el que el cuerpo se ve recubierto por una
capa de vapor que mantiene al líquido aislado. Cuando la diferencia de temperaturas ya
no es significativa, esta capa desaparece y el contacto térmico entre cuerpo y líquido
mejora abruptamente.

Resumiendo:
Cuando metés "el fierro" muy caliente para enfriarlo en "el recipiente", es probable que no logres el efecto inicial esperado....

Luciano dijo...

Asi es amigo, te acordas del taller de Herreria de 2do???

Luciano dijo...

Amelche: Me acordare de los amigos, pero por favor hablen antes con mi secretaria.
Sobre la frase la he escuchado en Argentina asi: Adonde Cristo perdio la zapatilla.
Ves, segual.
:)

Gaby: Mr. McWilliams es un tipo serio, me va a sacar carpiendo.

Roberto: Hay que ser humildes, aun siendo argentinos, es posible :P

Galo dijo...

Cuidado, Luciano, que ahora,de repente, saldran de todos lados nuevos amigos. Gente que te ofrecera mujeres; pero solo quieren colgarse de tu fama.
Tendras que andar con cuidado y mantenerte sobrio y frio. Y solamente invitarnos cocteles alcoholicos a nosotros, los de siempre.

b. dijo...

puedo decir que soy tu amiga? o no me vas a reconocer?
Yo igual te voy a seguir queriendo (solo porque ahora sos famoso)