La mujer del diamante,


- Generalmente no pasamos este tipo de mensajes al aire pero hoy vamos a hacer una excepción.
La producción de "Pasemos al Living" pensó que era lo mejor dada la también excepcionalidad del mensaje. Voy a leerlo y vamos a dejar que el público decida, que nos deje saber si le interesa o no. A nosotros nos interesó, así que ahí va:




Hola Daniel,

Escucho siempre tu programa, bla, bla, bla, y no es mi intención molestarte ni robar tiempo de los importantes temas que tratás por una cuestión tan egoista. Sólo te pido que leas mi mensaje, consideres mi caso y decidas. Lo que decidas será para mi lo correcto.

Amo a mi novio y él me ama a mi. Sólo una mujer segura puede hacer semejante afirmación y sentir su corazón palpitar, tanto que tenga que ponerse una mano sobre el pecho y contener la respiración.
Decidimos casarnos porque los dos queremos dar ese importante paso, ese compromiso mutuo que significa tanto para nosootros, como podés ver. Pero a él lo echaron del trabajo hace seis meses y decidimos postergar nuestros planes y, como tantas otras personas, focalizarnos en lo urgente y, ahora, necesario. Tanto nos ha afectado a nivel económico que mi novio nunca pudo comprarme el anillo de compromismo que me había prometido. No soy una de esas mujeres, no necesito el anillo, no necesito toda la parafernalia de la fiesta, puedo aceptar un acto sencillo, una fiesta apocado pero sentida y un viaje a la vuelta de la esquina en motoneta, pero para él el anillo sería la condensación única de su promesa más allá de las demás privaciones. Y como lo amo lo entiendo.

Y he aquí cuando comienza el problema. Su madre, una mujer muy buena de quién me enorgullezco de conocer, nos ofreció un pequeño diamante comprado en años de bonanza sin ninguna otra razón más que la vanidad, según sus palabras, y al que por ende nunca le había dado ningún valor. La piedra por lo tanto venía descansando sus días de carbono, según palabras de mi suegro, en una caja olvidada en un cajón en un mueble en el desván. Cuando lo reencontraron buscando otra cosa decidieron que finalmente ese sería el destino del diamante, adornar el anillo de compromiso de nuestra relación. Al principio nos negamos, pero tanto insistieron mis suegros que mi novio y yo no pudimos más que aceptar y prometerles que le daríamos ese uso para validar la existencia de semejante acto de consumismo, según palabras de ambos.

Un amigo, luego, nos consiguió la dirección de un joyero de su confianza quién nos cobraría sólo los materiales del nuevo anillo y no nos cobraría la labor del engaste.
Así que tres días atrás nos subimos al coche y fuímos a la joyería. Pero en el camino sucedió algo. Decidí abrir la caja para dar un vistazo al diamante y en ese mismo momento, con la caja abierta frente a mis ojos, mi novio tuvo que hacer una maniobra brusca, dentro de la rotonda, para evitar a otro vehículo, un taxi, que se abalanzó en manera peligrosa.
No pude ver donde había aterrizado el diamante pero ya no estaba dentro de la caja. No puedo describir lo que sentí en ese momento ni lo que siento ahora, sólo puedo enumerar lo que hemos hecho desde entonces.
Hemos levantado los asientos, hemos aspirado toda la superficie del coche poniendo filtros en la aspiradora para atrapar cualquier objeto, hemos revisado forénsicamente cada prenda que vestíamos, en los zapatos, en los bolisillos, en los dobleces, en mi cartera, en la guantera, hemos llevado el auto al mecánico y han revisado dentro del freno de mano, debajo de la palanca de cambios, en las ranuras de la ventilación, debajo de los pedales, etc.
No hemos encontrado ninguna perforación en el piso del auto por donde pudiera caer el diamante a la calle, sin embargo hemos vuelto cinco veces al lugar para revisar la rotonda y también el lugar de la calle donde nos detuvimos a dar un primer vistazo...
Sólo me quedaba llamar a tu programa, querido Daniel, para probar la última cosa antes de rendirme y dejarlo ir, pero no puedo, aún si lo hiciera no siento que he hecho lo suficiente. Tal vez alguna persona que escucha el programa lo haya encontrado, ha pasado por esa intersección y ha tenido la suerte de verlo. Tal vez alguien tenga alguna idea o le ha pasado algo parecido. Tal vez sólo necesito vocalizar mi angustia y expresarla en una manera incontenible a través de tu voz.
Muchas gracias.

Un beso.

La mujer del diamante.

- Bueno, esa es la carta, creo que ahora entenderán por qué cancelamos la llamada con el Ministro de Educación y leímos esta historia, las palabras sobran. Ya saben entonces, manden un email, un mensaje o dejen su llamado. Vamos a ver qué sale de esto pero en "Pasemos al living" sabemos que la unión hace la fuerza y que la solidaridad es una fuerza insuperable. Vamos a ver qué dice la gente.
....

Han pasado apenas tres minutos y ya tenemos decenas de mensajes, textos, emails. Muchos mensajes de solidaridad y algunas ideas interesantes, veamos:
- Un diamante se puede buscar con una luz ultravioleta.
- El diamente está en la ventilación, el mecánico debería buscar en los tubos en el motor apenas salen del radiador.
- Tenés que pedirle a San Antonio...

- A la Virgen Desatanudos...

- A Columbo...
- Hay que matar a los taxistas...
- Olvidarte de todo, el diamante aparecerá como por arte de magia.

.....

Hemos leido y escuchado cientos de mensajes y para resumir un largo e intenso programa voy a mencionar los que nos han parecido más importantes.
Vamos a dejar que la mujer del diamante decida de estas opciones:


1) Un científico y profesor universitario ha hecho cálculos basados en la masa, volúmen y peso del diamante, la velocidad del vehículo y la distancia de frenado. Según esto el diamante se encuentra en....per no vamos a decirlo. Primero veamos los otros mensajes.

2) Una vidente tuvo la siguiente revelación en una corta siesta durante la duración del programa. En la visión había una joven rubia con un vestido cubierto de bolsillos, cientos de bolsillos de donde sacaba un papelito, uno detrás de otro y decía una palabra en un idioma que no pudo comprender pero que a lo mejor era arameo. Por último la mujer, ya vieja, se señalaba el ombligo. Así que según la vidente el diamante está enganchado a la falda que tenías ese día puesta, más precisamente en la cintura, en algún doblez.

De paso dice que le juegen a la niña bonita.

3) Un vendedor de autos con más de 30 años de experiencia dice conocer cada centímetro y pliegue del interior de un auto. Se encuentra hoy en la ciudad y tiene tiempo de ver el coche y ver en algunos lugares donde seguramente no han podido revisar hasta ahora.


4) Un inventor asegura tener en su poder el prototipo de un detector de diamantes y se ofrece a utilizarlo en el coche pero advierte que por los niveles de radiación remanentes el auto quedará inservible.


Vamos a llamar ahora a la Mujer del Diamante...

3 comentarios:

Mariana dijo...

jajajaj se lo llevo el Karma!!! no le acepto un diamante a mi suegra, por mas buenita que sea, ni es pedo. Despues se lo tenes que pagar con los nietos o un rinion!
Seguro que era una zirconia igual.

Anónimo dijo...

Che, este post va acá?
Es como que no me siento autorizada a comentar :)
Y capaz que el diamante nunca estuvo en la caja...

Malen dijo...

Es como dice Tamara, lo vendieron hace mucho me parece. Me encanto la Mujer del Diamante y la ninia bonita.