Yo supe salir con una bailarina clásica. Vivía en leotardos aunque mi no me gustara el animal print, pero ella insistía. Vivimos un romance apasionado sobre las tablas, el viejo parquet del departamento de calle Italia sin pulir que tantas astillas nos ocasianara. Pero así se hace uno el callo del amor. Ella no se sacaba las zapatillas ni para limpiar el patio a los baldazos y a mi me daba asco como juntaba pelusas en la suela, tantas que llegó a pasarme en estatura. Así que harta, me dijo que trajera a una chica que limpie, y yo llevé a una chica, qué limpia! Pese al malentendido la chica se quedó y entre ambas propiciaron un medioambiente más transitable. No fué un triangulo amoroso porque la chica hacía horarios rotativos en la terminal de ómnibus Mariano Moreno, que es una institución que, como el músculo cardíaco, nunca descansa, y no coincidiamos nunca ni en el largo pasillo de entrada. Tampoco tomábamos el mismo colectivo.
Así que cuando estaba con la bailarina pensaba en la chica limpia, y en la bailarina cuando pasabamos la Yelmo con esta chica. No podía decidirme. La bailarina no tenía dramas, era muy flexible en todos los aspectos, pero la chica limpia rechazaba mis embates pese a decir amarme. No quería, aducía, someterme a sus ciclos cardánicos horarios mutantes. Una vez llegué a besarla descubriendo un inesperado pero atractivo mal aliento; se sientió ofendida de que la hubiera expuesto en su fragilidad bucal. Aún así, pese a una preocupante breve interrupción, siguió frecuentandonos.
En tanto, la bailarina sospechaba. Sin expresar sus celos comenzó a complicar sus rituales de apareamiento. Hacer el amor era cortejarla como a un cisne, atraerla primero en la bañera con pan viejo y luego intentar arrinconarla detrás de una puerta y consumar, con amor de gallo, a los picotazos. Pronto nos quedamos sin puertas, tuve que aprender a prenderla del cogote con una corbata. La chica limpia comenzó a quejarse de las migas de pan en el baño. Tuve que elevar su paga para mantener su presencia y alejar las quejas.
Pronto me convertí en un despojo de mi mismo, atrapado en un corral tan higiénico y sin embargo tan enviciado. Ya no encontraba gusto en cortejar a una mujer satín, ni a una mujer puliente y comprendí que pronto habría de tomar una decisión o perecer sobre un piso inmaculado al intentar sujetar la cintura inasible de esa muñeca magnética y pintarrajeada.
Así que fuí a la estación a despedirme de ella y con engaños la subí a un micro que partía hacia la lejana Salta, ilusa ella, pensando que el baño necesitaba mantenimiento. Volví entonces, mecánico y sin culpas, al viejo departamente de calle Italia y por última vez la atraje hacia mi, a la emplumada, con las artes del pan viejo y, sosteniendola con un pié la hice mia por última vez sobre un nido preparado con las tripas de un edredón de plumas mediterráneo.
Sólo me restaba esperar a que pusiera y robarme al menos, como un zorro viejo, un par de bien pulidos huevos.
Improvisación sobre dos amores que nunca fueron.
lunes, abril 18, 2011 Perpetrado por Luciano a las 9:55 p.m.
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15 comentarios:
excelente. hasta pude sentir el olor del pinolux lavanda de los bosques del sur.
Inmaculado. Como solía ser su apartamento en la época de la musa dupla.
Zinha
Tertulio: eso, pinolux.
Anónimo zinha: tendría que haber hecho pulir los pisos.
no puedo parar de reirme de la imagen mental del pan viejo, la bañera, la bailarina y usté!
JAJAJa con lo del pan viejo estallé,
Me sorprendiste,
Impecable.
Mariana: me parece que me gasté todos los cartuchos ahí :P
gracias.
Aku: lo mismo que a Mariana!
Yo también, me salió así de un saque.
Gracias.
Buena.
Yo fabrico pinolux.
Y me tiene harto.
Un abrazo.
Cualitativamente diferente a los otros post, muy bueno!
Ahora...es autobiográfico? xq si lo es estás hasta la nuca de realismo maravilloso latinoamericano
wow maravilloso. impecable.
la chica qué limpia! jaja a partir de ahí me di cuenta que este etxto iba a ser buenísimo-
mencantó
jaja vengo del blog de peri. te felicito que lindo escribís.
m.
Ahora no voy nada a ver el Cisne Negro. Ya me contaste el final!! Jajajaja!! Genial, mira que sos novelero, che..
Gaucho: me imagino que debe guardar en una barrica el más selecto año de pinolux! Sólo para ocasiones especiales! :)
Kill Bill: sí, efectivamente, algo huele a podrido en Purmamarca. Qué me traeré entre manos? :)
No, siempre quise salir con una bailarina. Pero el depto es verdadero.
Perica: eh, gracias otra vez por el link! Me alegro de que haya gustado...e inspirado ;)
M: gracias por pasary leer!
Menta: Si, ni vayas, mi versión es mejor!
La vida es novela, no?
avisáme cuando ganes un premio con este
Laura: ehhhh, busco concurso de cuento brevísimo?
yes!
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