Gracias, cejisjunta!

Con esto de la alimentación a teta me acordé de cuando era chico y pensaba que la Difunta Correa eran esas correas que se encuentran tiradas en la calle, tanto lío por una correa cuarteada de Rastrojero o de Mercedes 1114 me decíame yo, en cualquier momento me monto un oratorio.
Y así se lo propuse a mi vieja, una tarde de verano, mi plan mayúsculo de oratorio local en el barrio; le mostré una correa vieja y me dió a entender de lo lindo lo que opinaba con el mismísimo instrumento sagrado.
Y sin embargo observando a mi noble vástago entiendo que el impulso motor que los mueve a absorber todo lo que se les pone a tiro es monumental. Los tipos tienen fuerza y se arrastran, no sé si cuenta como maltrato porque es en nombre de la ciencia, pero son capaces de desplazarse unos cuantos centímetros hasta el objetivo y prenderse como lapas a lo que creen es, y en esto todavía les falla, la teta.
Así que digamos que el hijo de la Difunta Correa tuvo suerte porque se podría haber prendido a un cactus y otra historia estaríamos contando.
Sigo con lo mío que ahora se mide en ciclos de dos,tres horas.
Saludos cordialísimos.