Gran Canaria

Por supuesto que las Islas Canarias en un principio eran una sola isla, pero los tipos se dividieron en opinión y decidieron partir en buenos términos, excepto los de Tenerife y los de Gran Canaria que se profesan una especie de odio mutuo que se extingue cuando se unen contra los godos, que son los españoles de la península.
Así la Isla del Hierro alberga a los metalúrgicos y la isla de La Gomera a los gomeros y otros cáuchicos adláteres, la Isla de La Palma a los enterradores, Lanzarote a los que rompen o arreglan lanzas, Tenerife a los andá a saber qué ya que muchos oficios se pierden en la historia como ser el lustrador de zapatillas de fieltro o el cazador de hámsters, etc. El resto queda librado a la salvaje imaginación del bárbaro lector, como en una redacción libre sin vaca.
Antes de los españoles había gente aborígen que criaba perros y ya andaba en comunicación con los romanos para comprar dados y otros menesteres de vital importancia. El tema es que como todo el mundo sabe los españoles del siglo XV eran incompatibles con otro tipo de homo sapiens incluyendo a los árabes y los borraron del mapa en una especie de precalientamiento para lo que vendría a pasar en América poco tiempo después. Poco se conserva de la cultura Guanche, que así se llamaba al menos una de las tribus de este pueblo, pero sus genes femeninos se han mezclado con la población invasora perpetuando características que a simple viste no se ven y creo que ni de cerca tampoco a no ser al microscopio, pero lo bueno es que ha de ser sin ropa.
Bueno, el tema es que esta gente come jamón en cantidad y turrón, todo bicho que camine o nade o se arrastre o flote o ande boyando por ahí como buenos españoles que son no le hacen asco a nada y encima convidan que dá miedo. Las gentes de aquí hablan con acento distinto al del continente y parecen cubanos que cantan pero no los de la trova. Dicen que San Martín tenía un acento parecido y a lo mejor era así, lo que le quita algo de seriedad a la cosa porque me imagino al magnánimo prócer decir "hazme un baño de bulbujas, Lemedios" y te cambia la perspectiva histórica del Santo de la Espátula.
En fin, en Canarias pese a la fama también llueve pero no baja la temperatura y toda la ropa se transpira haciendo peligrar las reservas de calzoncillos limpios, pero al mismo tiempo todo se seca más rápido al aire libre, al contrario de Irlanda donde no se seca nada y la gente siempre tiene el elástico del slip mojado.
Otra cosa que abundan en Canarias es el bastón empuñado por el jubilado teutón o anglosaxón, que viene a morir a estas playas como una especie de cementerio de rubios cachalotes extraviados al rojo vivo.
Muchas cosas más podría este cronista narrar de las cosas fantásticas y maravillosas que suceden en estas tierras que flotan a la deriva frente a las costas de Africa, como la historia de Colón, el Almirante del peinado de fierro o del árbol llamado Drago de cuya savia y corteza se aprovechaban los aborígenes para variados menesteres, de Alexander Von Humboltd, de la bebida tradicional llamada Clipper de fresa que es una especie de jugo Jaimito local que acompaña el ritual del pan con chorizo, del Ron Miel, de las truchas de batata, de cómo le llaman papa a la papa y no patata y otras semejanzas con la cultura latinoamericana, pero la verdad que no ando con ganas así que así los dejo.
He puesto fotos en Flickr.