En una realidad paralela la gente se levanta las once y se apura a almorzar porque ya se le viene la siesta.
Los turnos rotativos no existen y los padres aconsejan a sus hijas que no frecuenten la compañia de jóvenes psicópata antisociales demasiado productivos de pelo recortado y de dudosas capacidades creativas y solidarias.
La gente vive hasta los 120 años sin necesidad de andar tomando porquerías y las únicas arrugas que se valoran son las que deja la risa y el ocasional llanto.
Las manos son sagradas y se educan para la música, la literatura y para gesticular las historias verdaderas o inventadas.
Y a dormir bien tarde que es cuando mejor se ven las estrellas.
Pero es entonces cuando los científicos encienden sin un traqueteo el Acelerador de Partículas y en un nada explosivo evento catastrófico nuestra realidad se mezcla con aquella, el aire se vuelve amargo y denso como gelatina sin sabor y el mundo parece detenerse como un colectivo que cambia de opinión frente a una parada, interrumpe la frenada y continúa total atrás ya viene el próximo, señora.
Sin embargo ya no es lo mismo. Millones de personas faltan al trabajo, ni siquiera llaman para mentir que están enfermos. Se quedan perplejos frente al espejo, en piyamas, despeinados, con la baba blanca del dentrífico colgando, preguntándose que horas son estas de andar despertando. Otros operarios frenan sus máquinas poque no entienden la necesidad de hacer lo que están haciendo y nadie les dice nada. Así los trenes detienen su marcha, aburridos.
En el silencio perplejo de la mañana nadie puede entender como es que hemos hecho todo esto.
Ese día el sistema productivo se atranca y se raja vomitando millones de unidades monetarias de pérdidas como una jarra inflamada, un reloj de arena sin parte de abajo que marca absolutamente nada en su colapso.
En tanto, en la realidad alternativa, ya se han creado grupos de planificación, se sientan las bases para los nuevos sistemas de producción en cadena y aprovechamiento del tiempo en los rudimentarios molinos de madera tallada que, de pronto, son considerados obsoletos con sus aspas ineficientes como alas de pajáro enfermo.
Se mejoran y extienden los sistema de irrigación y de caminos que se antojan ahora aleatoriamente empedrados. Se organizan brigadas armadas para contener el ordenm asegurar el bienestar y de paso forzar a los pocos desacatados mal acostumbrados a salir de sus casas entre la burla y el escarnio.
Sus propiedades comunitarias expropiadas y repartidas entre los miembros productivos de una nueva y pujante sociedad.
Collage de situaciones.
miércoles, octubre 14, 2009 Perpetrado por Luciano a las 5:46 p.m.
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13 comentarios:
Me gustó. Justo ahora que me enganché con Fringe. Allá usan un presunto principio de exclusión de Pauli donde una u otra realidad predomina. Vos usás parcialmente el principio de mezcla de Gandulfo (Petrona C). Falta el kilo y medio de manteca y ya está
Blackant: usted más me comenta, menos le entiendo. Pero de onda.
La manteca es para disminuir la fricción entre las realidades. Como Último tango en París.
Debo evitar el comentario? No quiero generar confusión inecesaria.
Esa realidad paralela existe no tan lejos de nuestra vertiginosa carrera a ninguna parte. Lamentablemente, no estamos capacitados para entenderla y mucho menos adaptarnos. Una lastima.
Mi palabra clave de hoy es: NONESS
Blackant: pero no, ahora tengo qué buscar en Wiki.
Menta: yo les rindo culto en toda oportunidad.
El uso de la manteca en Ultimo tango en Paris, para mi fue novedoso.
Al ser traducido el primer parrafo a mi Holandes, el exclamo: my kinda world.
Es todo culpa d elos cientificos al final.
Mariana: viste...yo me quedé como si me hubieran metido un dedo en la oreja cuando lo vi.
Ese mundo está hecho para los que tallan madera.
En realidad a lo mejor los científicos nos salvan, que se curtan los de la otra realidad.
Menta: palabra clave FULATEDI.
Linda visión la de atrás del espejo. Es igual a la que algunos tiene del lado de adentro de la cabeza. ¡Muy bien!¡Abrazo!
Yo vendria a ser una desacatada, jeje. Resistencia hacia esos altamente productivos, y siempre en el lugar equivocado.
Calavera: es atrás del espejo?
Nah! hay sólo telarañas.
Malen: Por qué si somos mayoría no hacemos algo al respecto? O eso sería producir?
Si, tendriamos que poner objetivos, armar una junta directiva y trabajar los domingos, juaaaaa!
Justo un domingo hay que hacerlo?
Era como para poner una excusa nomas, para no trabajar. Siempre podemos organizarnos, sip.
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