Vuelvo caminado a casa, son treinta minutos mezclado en el tráfico tirano de las empresas y fábricas que escupen gente a la misma hora. Voy más rápido que la fila de autos, pero no me salvo del ruido.
Cerca del parque industrial hay un grupo de casitas, un pequeño barrio de tal vez unos treinta años, es decir de antes de que se implantaran las empresas en el lugar. Supongo que para esta gente las cosas no han hecho más que empeorar en un sentido estético.
Distingo a través del ruido de un camión que transporta cantos rodados el inconfundible canto de una gaita. Paro y busco, no veo nada, sin embargo la triste melodía me llega entrecortada entre los espacios del tráfico. Distingo primero un grupo de gente frente a una de estas casitas y después el coche fúnebre. Y despues los portadores sacando un cajón de madera clara mientras los remolinos de vuento se llevan pedazos de música por todas partes y al tráfico todo esto le importa un pepino.
Cosas que pasan en Irlanda.
viernes, diciembre 09, 2016 Perpetrado por Luciano a las 11:55 a.m.
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3 comentarios:
La tradición y la modernidad. La vida y la muerte.
Un abrazo.
"Sus ojos se cerraron y el mundo siguíó andando".
Aca sería con tango. Allá que tocaba el gaitero?
Abrazos
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