Dos hermanas, impulsadas tal vez por la monotonía de la
geografía, o el aislamiento, o el clima, juegan a contarse los sueños de la noche
anterior. Esperan hasta la hora de la siesta y recostadas sobre un piso de
madera hacen el esfuerzo de reflotar los restos de los recuerdos naufragados en
los desgastados arrecifes de cada mañana.
Al principio
pierde quien no recuerda, pero el refinamiento de una técnica inconsciente
pronto diluye esta regla inútil. Los sueños se hacen más vívidos para competir
en originalidad y fantasía, pero no más prolongados, porque es imposible crear
más tiempo.
Una de las
muchachas comienza a sospechar que su hermana miente o, mejor dicho, que crea.
Intuye que los sueños son meras narraciones incompletas o desorganizadas de un
mito. Se cuelan objetos inexistentes de los que sólo se puede intuir su función y
forma, otros inclasificables que no pueden obedecer a ninguna necesidad humana. Gradualmente asiste a la creación de un mundo separado del propio del que adivina una línea temporal que se desgaja y serpentea para caer en espiral sobre sí misma.
Antes del ultimo
amanecer, envuelta en una luz tenue y violeta, termina un decepcionante y breve sacrificio de
asfixia. Aliviada descansa los músculos y respira de nuevo profundamente.
Nunca sabrá si ha
matado a un monstruo o a un dios.
4 comentarios:
mato a la hermana?????? por????
Por que inventaba y mentia???
Esa es la pregunta.
Muy bueno. Tiene una pizca borgiana.
Gracias Grinpis. Pizca, pero no más :)
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