Son las cinco de la mañana y me desperté de pronto completamente lúcido luego de soñar que en medio de un recital de Cerati yo tocaba la guitarra con Sting, Brendan Gleeson tocaba el violín y Sinead O'Connor tocaba la pandereta y cantaba. La letra era algo sobre cual es la medida de la ambición de los hombres y qué es lo que llena la copa y qué es lo que nunca nos satisface y de lo que siempre queremos más y que justamente descubre Sting con dolor, es el dinero el cual a él le sobra y que entiende que pese a eso nunca va a poder acabar con el mal en el mundo. Mamma mia, qué plato.
Me desperté y anoté la melodía y es una porquería al lado de lo que soñé.
Quiero volver al sueño pero no puedo volver a dormirme. O por lo menos ser músico para justificar este desatino.
Y además Brendan Gleeson sí toca el violín, pero esto ya lo sabía:
Un rosarino que, además de santafesino, se da el lujo de ser argentino.
Viviendo en Galway, Irlanda, escribiendo de todo un poco para hacer de este un mundo más mejor.