Iron Man.


Cuando uno se hace hombre no solo tiene pelitos en la nariz si no también la responsabilidad de planchar.
Para no hacerlo tan traumático y darme aires de macho me pongo un traje de neopren y hago que salgo a hacer surf desde el lavadero a la cocina, la tabla bajo el brazo, el tatuaje de Bob Esponja y las crenchas desteñidas por el salitre del mar.

En Irlanda los surfers usan trajes de neopren o en mi caso disfraz de morsa, porque aún en verano la hipotermia acecha bajo y sobre las olas. Eso es un comentario informativo gratuito por si pensaban que debería planchar en traje de baño y en ojotas.

Lo bueno del neopren es que te sujeta ciertas cosas, te sube los "pectorales", te desarrolla el cuello, te restringe la papada, pero es incómodo con boxersy media 3/4 y a mi me da cosa estar desnudo abajo de la ropa.

Planchar tiene sus cosas pero la ropa de hombre es fácil, una remera es una remera, tiene mangas cortas, un vaquero no es má que un pedazo de lona en forma de tubo, para secar el cierre y otros recovecos que siempre quedan húmedos basta con dejar la plancha apoyada mientras me hago un tentempié de jamón y queso y, desde que somos modernos, no se les hace la raya al medio; todo lo demás no se plancha, ni las medias, ni los calzoncillos y pará de contar, no hay nada más excepto camisas, que casi no uso.
La madre de una amiga me enseñó a plancharlas, se empieza por las mangas, se sigue por el cuello, se plancha la parte frontal y por último la espalda, se hace un bollo y se tira en el fondo de un cajón. Listo el pollo.

En cambio la cosa se complica cuando en la pila aparece una prenda femenina. El problema acá son las texturas de las telas, su delicadeza, su falta de cooperación para el plegado, el blindaje con lentejuelas, esos tubitos como de vidrio que parecen granas de torta, espejitos, cuentas, boludeces de todo tipo, telas que al pasar la plancha se arrugan más que antes, pliegues superpuestos, cintas, lazos y boleadoras, puntillas, escamas de acero, mangas con formas más que humanas como para vestir horrores de los mitos de Cthulhu, cierres imposibles en ángulos abrumadores, estampados a punto de ser fundidos y embadurnados, especificaciones del fabricante que obligan a maniobrar con la plancha como si fuera la caja de cambio del R29 de Fernando Alonso, en fin, un terrible sufrimiento que se prolonga por horas.

Todo termina cuando de pronto, al final del túnel, aparece un repasador trémulo con sus imperecederas manchas de aceite y mostaza, semillas de tomate que se aferran con insistencia dramática a las fibras de algodón y aún pese al tercer lavado al pasarles la plancha siguen emitiendo un tentador aroma a salsa.
Me pregunto qué harán otros hombres en otras tierras para pasar el momento.

11 comentarios:

El del 0.33% dijo...

Lo de las prendas femeninas es inhumano, tenés razón. Pero no me podés decir que planchar una camisa de hombre es fácil.

Es más, planchar una camisa es por definición imposible, porque las telas están cortadas y cosidas de forma que se adapten al cuerpo humano. Éste es curvo por donde se lo mire, mientras que la plancha es un espacio euclídeo de dos dimensiones.

El planchado, es, entonces, inentar poner plano algo que por definición es curvo y no estirable, con lo cual, sea como sea siempre quedan arrugas. Todo esto puede ser fácilmente demostrable matematicamente.

La solución al problema: No se plancha nada más. Si por alguna circunstancia se necesita una camisa sin arrugas, se cuelga bien mojada en una soga, de modo que el propio peso del agua en los tejidos sea capaz de estirarla tanto como la fuerza de gravedad lo permita. Si aún así queda alguna arruga, no se crea tan omnipotente de querer hacer algo que propia naturaleza y las fuerzas de la gravedad no han logrado.

Anónimo dijo...

No se si podré borrar algún día la imagen que ahora tengo de vos con el traje de neoprene... :)
Yo solía hacer pilas babelisticas de ropa, hasta que un día empecé a perfeccionar el arte del colgado, es fántastico, ropa mía no plancho más y de los muchachos alguna camisa y por ahí el guardapolvo (este año es uno solo!!), otras habilidadades que suman son la de estirar, mirar para otro lado y poner cara de yo no fui...
Largá la plancha y comprate una play!!

Maria Marta dijo...

Aca tambien la gente (no solo surfers) se mete al mar con traje de neoprene en verano. Yo fui a veranear a Necochea toda la vida asi que para mi es dificil encontrar un mar mas helado que ese!

Yo ya no compro ropa que requiera plancha, tanto es asi que ahora que me mude sola no me compre una.

Cieguilla dijo...

Una descripcion divertida, como suele ser en este espacio :-)

Es verdad lo que decis sobre la ropa de hombre y la de mujer: cada vez que le pido a Glen que me planche algo le doy explicaciones sobre las telas, la temperatura y como hacerlo, al punto que por ahi es mas facil si lo hago yo sola. Por suerte no soy muy fan de los apliques y las lentejuelas, lo mio es bastate clasico en general.

Lamentablemente, el si usa muchas camisas y cuando viaja, que es casi todas las semanas, le ayudo a armar la valija y se las doblo. Nada mejor que el trabajo en equipo!

Besos xx

Anónimo dijo...

Te mandaría una caja de apresto Collman, pero no me queda, pucha.

Mariana dijo...

jajajaja planchar no creo que sea lo que hacen! Mi marido no sabe ni donde esta la plancha.
Yo debo decirle que planchar es la unica actividad domestica que me gusta. El resto lo detesto a tal punto que empiezo a putear a en todos los colores e idiomas.
sin embargo, planchar es lo unico que NO hago. Tengo que limpiar porque si fuera por los chanchitos con los que vivo, rodariamos en barro realmente. Pero no plancho nada... por una una camisa aqui o alla...pero em da tanta fiaca poner la tabla, buscar el alargador, poner la plancha, etc... que direcxtamente a las camisas las cuelgo cuando estan mojadas y con el peso se secan mas lisitas. El resto va a parar a esa magnifica maquinola llamada secador que te deja todo sequito (achicado y sin color).

Daniela Lucena y Gisela Laboureau dijo...

nunca use traje de neopren, pero si levanta y acomoda me voy a comprar uno y lo voy a imponer como tendencia urbana este invierno en buenos aires.

lo de planchar... que decir... soy antiplancha y hasta deje de comprar prendas que me gustan porque se planchan.
Adri se plancha sus camisas, fue algo pautado desde el primer dia, porque yo te lavo, te cocino, te ordeno, te todo, pero no te plancho ni una servilleta.

ah, me olvidaba: para despues de planchar te recomiendo este videito, asi optimizas el tiempo de doblado de las prendas.

http://carrussel.wordpress.com/2009/01/20/como-doblar-una-remera-en-2-segundos-estilo-japones/

Menta Ligera dijo...

Justamente hoy padeci la sesion de planchado que ya se tornaba impostergable. Un consejo que me dio la señora del lavadero... Cuando terminas de planchar, metes la pila de ropa dentro de una bolsa de nylon previamente rociada con perfume (para la ropa obvio), cerras bien la bolsa y la dejas un rato largo. Despues sacas la ropa y el perfume se mantiene.
Algo es algo, por lo menos estara tan perfumado todo que nadie se fijara en las arrugas.

Malen dijo...

JUAAAAAAAAAAAAAAAA!!! Buenisimo!
Lo mio no es la plancha, prefiero andar arrugada nomas. Pero el tomate pegado no se me hubiera escapado, maniatica del quitamanchas.

Blackant dijo...

Mirando mi program preferido de tv, bah el único que miro, el "llame ya o le devolvemos su dinero" vi un aparato que prometía acabar con las planchas mediante la suelta de vapor a traves de un tubo y que al contacto con la prenda, colgada ella de una percha, eliminaba las arrugas. Una especie de manguera conectada a una tetera hirviendo. Mundo de quimeras

Hurricane dijo...

Coincido totalmente con nuestras prendas masculinas, ahora bien cuando aparecen en el pilón de ropa las de mis hijas, todo se complica.
Del mismo modo, como ya he citado en otros espacios, cuando hay que planchar una de esas sábanas "de abajo" con elástico. Imposibles
Salute